www.paquebote.com > Juan de la Cruz
Máxima figura del Barroco español allende el Atlántico, de talla comparable a la de Góngora y Quevedo, la mexicana SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ (1651-1695) reveló muy precozmente una personalidad singular y pronto cobró conciencia de su inquietud intelectual. La idea de preservar la posibilidad de dedicarse a esta llamada y escapar de las servidumbres de la condición femenina la llevó a tomar los hábitos después de brillar un breve tiempo en la corte del virrey de México. De obra abundante y variada en géneros, metros, temas y estilos, la presente ANTOLOGÍA POÉTICA contiene una selección del género en el que fue capaz de expresar desde la sutileza conceptista y la sabiduría filosófica hasta las delicias y tribulaciones eróticas y la vena satírica. La presente edición incluye, íntegra, su obra maestra, «Primero sueño», en palabras de José Miguel Oviedo responsable de la selección e introducción al volumen, «uno de los grandes poemas de su tiempo y de la lengua española».
Entre las manifestaciones poéticas del Siglo de Oro, ninguna resulta tan singular como la obra de SAN JUAN DE LA CRUZ. A cargo de Luce López-Baralt y Eulogio Pacho, la presente edición de la OBRA COMPLETA del que ha sido llamado «príncipe de los místicos» presenta una distribución que tiene en cuenta tanto el valor de las distintas composiciones en cuanto testimonio de un proceso espiritual, como su cronología. Así, el primer volumen (L 5071) recoge la poesía de SanJuan junto con las glosas de la «Subida del Monte Carmelo» y «Noche oscura», mientras que el segundo (L 5072) contiene las glosas correspondientes al «Cántico espiritual» y la «Llama de amor vivo», así como «Avisos» y cartas. A lo largo del libro se ofrecen los textos que, tras una larga labor de selección y compulsación, Eulogio Pacho ha logrado identificar como de mayor garantía, si bien asumiendo la premisa de que no existe una versión excluyente de los mismos.
Cuando murió en 1458, el marqués de Santillana llevaba peleando veinte años con sus cuarenta y dos «Sonetos fechos al itálico modo», sin que apenas alguno consiguiera salir enderezado y airoso. Setenta y ocho años más tarde, cuando murió Garcilaso, dejaba cuarenta sonetos que pueden figurar sin rubor en la más exigente antología.(*CR*)¿Qué había ocurrido entre 1458 y 1536? Pedro Salinas lo describe como «un hermoso cuento». El embajador veneciano Andrea Navagero, «perfecto ejemplo del caballero del Renacimiento», coincidió en Granada con Boscán. Hablaron. «Al español —dice Salinas—, el veneciano le parecía una especie de semidiós o de oráculo. Y Navagero aconsejó a Boscán que escribiera sonetos y otros poemas “al itálico modo” pero en castellano, lengua que consideraba muy adecuada para esas formas. Nada más: una conversación entre los mirtos de Granada, un consejo, es decir, una semilla sembrada en la mente de un poeta español. […] Garcilaso era un poeta toledano.(*CR*)Los grandes líricos del Renacimiento español es el cofre que guarda el mapa de aquel «hermoso cuento». Boscán, amigo tenaz, voluntarioso poeta; Garcilaso, amado de las musas y los dioses, tal vez por eso destinado a morir joven; Luis de León, sosegado y oyente privilegiado de la música de las esferas; Juan de la Cruz, de quien dijo Menéndez Pelayo que «por allí había pasado el espíritu de Dios hermoseándolo todo»; y, en fin, Herrera, a quien sus coetáneos dieron el sobrenombre de Divino: ellos fueron protagonistas de esa «revolución que iba a determinar definitivamente el curso de la poesía en lengua española».
Con una producción poética muy reducida. San Juan de la Cruz ha sido encumbrado a la cima de la lírica es-pañola. Donde no ha llegado su mensaje espiritual se estudian y gustan sus versos incomparables. Están vincu-lados a la más honda experiencia religiosa; son el exponente máximo de la poesía mística. Sus “Escritos breves” (Avisos, Dichos de Luz y Amor, Cautelas y Cartas), con que completamos esta obrita, son como el destilado de toda una experiencia vital lograda a lo largo de su propia subida al Monte de la Perfección, así como en el de acompañar a muchos en el ascenso hacia el mismo.
Dentro de las conocidas ediciones populares de Monte Carmelo sale ahora la Llama de amor viva de San Juan de la Cruz. Esta colección acoge las obras de más difusión y pretende hacerlas verdaderamente populares y ponerlas al alcance del más amplio público. Este clásico de la literatura espiritual, cumbre de la mística y de la lírica, se ofrece aquí en el formato más accesible que en ninguna otra presentación. Las dos redacciones que hizo el mismo Doctor místico de este comentario al poema “Oh llama de amor viva” se ofrecen en una muy lo-grada edición sinóptica preparada por el reconocido sanjuanista Eulogio Pacho.
Primera obra comenzada y acabada por san Juan de la Cruz. Contiene una serie de “canciones espirituales” -plasmadas en unos versos impactantes por su belleza y calado-, seguidas por los magisteriales “comentarios” a cada una de ellas. En su redacción es la obra más armónica y unitaria del Santo. Y su tema no es otro sino la narración del “itinerario amoroso del alma” basado en el simbolismo tradicional del amor esponsal o nupcial, y enmarcado en el esquema clásico de las etapas o estadios de la evolución espiritual.
RELIGIONES CRISTIANAS.
MUSICA. DANZA.
1ª edición.